El Mundial de Clubes 2025 vuelve a poner en evidencia la diferencia de recursos y rendimiento entre los gigantes europeos y los representantes sudamericanos. Con clubes como Real Madrid o el Manchester City manejando plantillas valoradas en cientos de millones de euros, el campeón de la Copa Libertadores enfrenta un desafío mayúsculo: competir sin el mismo músculo financiero.
Históricamente, los equipos sudamericanos dominaron la extinta Copa Intercontinental, pero desde la instauración del formato FIFA en 2005, sólo Corinthians (2012) y San Pablo (2005) lograron conquistar el título. Los rivales europeos, en cambio, acumulan cinco coronas consecutivas y cada vez exhiben proyectos más profesionales tanto en infraestructura como en marketing y captación de talentos.
Según un análisis de La Nación, la clave para Sudamérica pasa por:
- Mejorar la formación de juveniles mediante academias asociadas a clubes europeos.
- Optimizar la venta de jugadores y reinvertir en infraestructura deportiva.
- Buscar convenios de patrocinio y retransmisión internacional.
En Paraguay, la dirigencia de Cerro Porteño y Olimpia ya exploran alianzas estratégicas con clubes de la Premier League y la Serie A italiana, con el objetivo de profesionalizar comités de fútbol base y potenciar la exportación de talentos. Mientras tanto, en Brasil y Argentina, los gigantes como Flamengo, Palmeiras y River Plate refuerzan sus plantillas con fichajes estrella para intentar dar batalla en diciembre, cuando comience la fase de cruces.
El desafío está servido. Si Sudamérica quiere recuperar la gloria de antaño, deberá aunar esfuerzos institucionales, técnicos y financieros para acortar la brecha de poder en el torneo de clubes más importante del planeta.