Campinas, Brasil – Los muñecos reborn, creados artesanalmente con silicona o vinilo y con un nivel de detalle que incluye venas, lágrimas e incluso funciones como succionar y orinar, han desatado en los últimos días un intenso debate mediático, social y legislativo en Brasil. Originarios de Estados Unidos en los años 90, su popularidad creció globalmente hasta generar un mercado valorado en 200 millones de dólares en 2024, según Market Report Analytics.
La polémica estalló tras un encuentro de coleccionistas en un parque de São Paulo, donde circuló un video de un “parto reborn” con bolsa amniótica y cordón umbilical, lo que llevó a decenas de debates televisivos y una ola de comentarios en redes sociales. Algunos críticos llegan a recomendar atención psiquiátrica para las personas que los cuidan con tanta dedicación que se asemeja al cuidado de un hijo real.Fuente: ABC
En el ámbito legislativo, varios proyectos de ley proponen desde orientación psicológica hasta sanciones para quienes intenten obtener privilegios en servicios públicos presentándose con estos muñecos. Incluso en el Congreso federal, el diputado Manoel Isidório llegó cargando una de estas réplicas, a la que llamó su “nieta”, y defendió que cuidar de ellas “no es ningún pecado”.Fuente: ABC
Para la psicóloga Viviane Cunha, coleccionar bebés reborn es un hobby inofensivo, pero se convierte en trastorno cuando provoca perjuicios emocionales, sociales o económicos. “Si alguien falta al trabajo porque su muñeco ‘tiene fiebre’ y se lo cree, ahí necesitará ayuda profesional”, explicó, relacionando el fenómeno con la creciente soledad en la sociedad contemporánea.
Por su parte, la artista y youtuber Gabi Reborn denuncia un sesgo de género en las críticas: “Nadie cuestiona a los hombres por jugar videojuegos o volar cometas, pero a nosotras nos tachan de enfermas por cuidar a nuestros muñecos”. Mientras tanto, concejales de Río de Janeiro han instituido el “Día de la cigüeña reborn” para honrar a los creadores de estos artefactos de colección.