El pasado 23 de junio, Buenos Aires registró una nevada histórica que sorprendió a millones de argentinos. El fenómeno, impulsado por una masa de aire polar procedente de la Antártida, provocó temperaturas de hasta -2 °C y cubrió de blanco emblemáticos puntos de la ciudad como el Obelisco, Retiro y Palermo, tal como muestran las impactantes fotografías publicadas por ABC.
Los porteños salieron a las calles ataviados con abrigos, bufandas y guantes para capturar escenas tan inusuales como postales navideñas en pleno invierno austral. Usuarios en redes sociales compartieron videos de familias jugando con la nieve y esquiadores improvisados en plazas y avenidas, mientras DUEÑOS de cafeterías de San Telmo aprovecharon para ofrecer chocolate caliente y churros.
Sin embargo, la belleza del manto blanco vino acompañada de complicaciones en el transporte público y cortes temporales de luz en algunos barrios. Trenes y colectivos circularon con demoras de hasta dos horas, y autoridades porteñas desplegaron equipos de mantenimiento para despejar vías y despejar calles, según reportes del ABC.
Especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierten que este tipo de olas polares, aunque poco frecuentes en Buenos Aires, se relacionan con cambios en la circulación general de la atmósfera y podrían volverse más habituales debido al cambio climático. Mientras tanto, la ciudad continúa adaptándose a este fenómeno excepcional que quedará registrado en el álbum climatológico y en la memoria de sus habitantes.