Este 3 de junio, el movimiento Ni Una Menos conmemora una década desde la histórica movilización de más de 200.000 personas en Buenos Aires y otras ciudades argentinas, que marcó el inicio de la cuarta ola feminista en América Latina. Para Lucía Cavallero, portavoz de la agrupación, “hemos conseguido una revolución sensible y masiva” que transformó la percepción social de la violencia de género y los feminicidios.ABC
Orígenes y detonantes
La consigna Ni Una Menos surgió en marzo de 2015 durante una lectura contra los feminicidios frente a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, inspirada en el grito mexicano “¡Vivas nos queremos!”. La muerte de Chiara Páez, adolescente de 14 años asesinada por su novio el 11 de mayo de ese año en Rufino, Santa Fe, detonó la convocatoria: “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales, mujeres, todas… ¿no vamos a levantar la voz? Nos están matando”, escribió la periodista Marcela Ojeda en un tuit histórico.ABC
Logros y expansión
Desde entonces, Ni Una Menos se consolidó sobre décadas de activismo—de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo a la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito—y adoptó una lógica asamblearia y transversal. En 2016 convocó la primera huelga feminista, catapultando temas como la violencia económica y tejiendo alianzas con sindicatos. Durante la pandemia, el movimiento sostuvo su agenda y contribuyó a la aprobación del aborto legal en Argentina.ABC
Desafíos actuales y conmemoración
En un escenario político de avance de sectores conservadores, Cavallero denuncia un “ataque de las ultraderechas hacia los feminismos” y subraya la necesidad de reforzar el internacionalismo. La marcha conmemorativa, trasladada al 4 de junio por solidaridad con jubilados frente al Congreso, promete ser multitudinaria y reivindicar la continuidad de la lucha por la igualdad y la erradicación de la violencia machista.ABC