La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó que más de 500 palestinos han perdido la vida desde el 28 de mayo en puntos de reparto de alimentos en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí ha abierto fuego contra civiles hambrientos que intentaban acceder a ayuda humanitaria. Según el informe, 410 de esas víctimas murieron en instalaciones gestionadas por la Fundación Humanitaria de Gaza, mientras que otras 93 fallecieron al intentar acercarse a la asistencia distribuida por la ONU y otras organizaciones.
Además, al menos 3.000 personas resultaron heridas en estos incidentes, que, según el portavoz de la Oficina, Thameen Al-Kheetan, obligaron a los gazatíes a «elegir entre morir de hambre o arriesgar sus vidas por un pan». En rueda de prensa, Al-Kheetan subrayó que el asesinato de civiles desarmados constituye un crimen de guerra y demandó una investigación imparcial de los hechos.
El representante de la ONU exhortó a Israel a cesar inmediatamente los disparos contra quienes buscan alimentos y a permitir el ingreso ininterrumpido de ayuda respetando el derecho internacional humanitario. Asimismo, advirtió que, de confirmarse intencionalidad, los casos podrían elevarse ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
La ONU recordó que la Franja de Gaza permanece al borde de la hambruna debido al bloqueo impuesto por Israel desde marzo, que ha limitado casi por completo la entrada de suministros, salvo los gestionados por la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza, con la que Naciones Unidas y otras agencias internacionales se niegan a colaborar. ABC informó sobre estas denuncias y las peticiones de la ONU para levantar las restricciones y proteger a los civiles.