En Maryland, Estados Unidos, la consultora inmobiliaria Kimberly Price cría miles de ostras en el muelle de su casa para combatir la degradación del agua de la bahía de Chesapeake. Cada ostra puede filtrar hasta 190 litros diarios, removiendo sedimentos y nutrientes contaminantes ABC Paraguay.
Desde 2018, la Fundación de la Bahía de Chesapeake (CBF) se propuso implantar 10.000 millones de ostras en este estuario; hasta la fecha se han introducido 6.700 millones, según Kellie Fiala, experta de la organización. Con solo el 1% de la población original, estos voluntarios emplean conchas recicladas y estructuras artificiales para crear sustratos que permitan el crecimiento de nuevas poblaciones.
La iniciativa moviliza a escolares, jubilados y pescadores locales en la recuperación de arrecifes santuario donde se prohíbe la pesca de moluscos. Además de mejorar la calidad del agua, la restauración de los bancos de ostras favorece la captura de dióxido de carbono y la biodiversidad marina, avanzando hacia una dirección positiva en la lucha contra el cambio climático.