En la etapa adolescente, los jóvenes demandan de sus padres más que autoridad: buscan comprensión, apoyo y presencia constante. Según un reciente análisis de La Nación, el padre ideal es aquel que practica la escucha activa, muestra empatía y equilibra el rol de guía con el de confidente.
Especialistas en psicología y educación señalan que esta figura paterna promueve un ambiente de confianza donde los adolescentes se sienten seguros para expresar sus inquietudes y emociones. Al involucrarse de manera significativa en actividades cotidianas—desde los estudios hasta espacios de ocio—el papá fortalece los lazos familiares y mejora la comunicación intergeneracional.
En un contexto social y tecnológico cambiante, el papá moderno en Paraguay debe adaptarse a los desafíos emocionales y digitales de la juventud, ofreciendo herramientas para la gestión de sentimientos y respaldando las metas académicas y personales de sus hijos. De este modo, se construye un vínculo sólido basado en el respeto mutuo y el apoyo continuo.