En su intervención del 31 de mayo en el Shangri-La Dialogue de Singapur, Pete Hegseth, jefe del Pentágono, advirtió que “la amenaza que China plantea es real y puede ser inminente” y aseguró que Pekín se está “preparando para el uso potencial de la fuerza militar” con el fin de alterar el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico.
Aunque EE.UU. y China pactaron a mediados de mayo una tregua temporal en su guerra arancelaria, Hegseth subrayó que las tensiones persisten no solo en el comercio, sino también en la competencia por tecnología de punta y la influencia geopolítica en regiones como Asia-Pacífico y América Latina.
El secretario de Defensa hizo especial hincapié en los incidentes en el mar de China Meridional, donde acusó a Pekín de apropiarse y militarizar ilegalmente islas reclamadas por Filipinas, y advirtió que las fuerzas armadas chinas se entrenan “para la hora de la verdad” ante un posible intento de invasión de Taiwán, isla de gobierno democrático que China considera parte de su territorio.
“China quiere dominar y controlar Asia”, afirmó Hegseth, destacando el rápido refuerzo de las capacidades militares chinas y la intensificación de maniobras en zonas estratégicas.
Estos dichos llegan en un contexto de creciente rivalidad entre las dos principales potencias mundiales, marcada por disputas económicas, tecnológicas y militares que podrían redefinir el orden de seguridad en el Indo-Pacífico.
Fuente: ABC
