Pingyao, en la provincia de Shanxi, China, es uno de los conjuntos urbanos mejor conservados de la dinastía Ming y Qing y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Sus murallas de casi 6 kilómetros, las antiguas casas mercantiles y los callejones de piedra transportan al visitante a la China de hace cuatro siglos.
Entre los puntos imprescindibles se encuentran la Muralla de la ciudad, con seis puertas y torres de vigilancia; la calle Shuanglin, famosa por sus tallas de madera en el templo homónimo; y el Banco Rishengchang, considerado el antecesor de la banca moderna. Además, el Museo Municipal y los talleres tradicionales de cerámica y seda muestran la vida cotidiana y la artesanía local.
Para llegar, la ruta más común parte de Beijing o Shanghai en tren de alta velocidad hasta Taiyuan, la capital provincial. Desde allí, existen servicios regulares de trenes y autobuses que cubren los 90 km restantes hasta Pingyao. Los viajeros pueden gestionar su visado a través de la Embajada de la República Popular China o en agencias especializadas. Más detalles sobre horarios, tarifas y recomendaciones de hospedaje se encuentran en la guía de abc.