Las plantas de enriquecimiento de uranio son instalaciones estratégicas en la producción de energía nuclear y objeto de vigilancia internacional por su potencial militar. Su funcionamiento permite aumentar la proporción de U-235 para uso civil o armamentístico, y su operación está regulada por el Tratado de No Proliferación Nuclear y supervisada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) ABC Color.
¿Qué es el enriquecimiento de uranio?
El uranio natural contiene solo un 0,7 % de U-235, responsable de la fisión nuclear, mientras que el 99,3 % restante es U-238, no fisionable. En las plantas de enriquecimiento se eleva la concentración de U-235 al 3-5 % para reactores civiles y por encima del 90 % para fines militares.
Principales tecnologías
- Centrífugas de gas: método predominante que separa isótopos por diferencia de masa mediante centrifugadoras.
- Difusión gaseosa: obsoleta, basaba la separación en membranas porosas.
- Enriquecimiento por láser: técnica experimental que utiliza pulsos láser para discriminar isótopos.
Usos y riesgos geopolíticos
El uranio enriquecido alimenta centrales nucleares, generando electricidad en decenas de países. Sin embargo, el mismo proceso puede producir material fisionable para armas, lo que hace que países como Irán y Corea del Norte estén bajo estricta vigilancia y sanciones internacionales ABC Color.
Impacto de un ataque a la planta
Un ataque directo podría liberar uranio y gas hexafluoruro de uranio (UF₆), tóxico y corrosivo al contacto con la humedad, poniendo en riesgo al personal y al entorno. Aunque el uranio enriquecido no es altamente radiactivo en estado sólido, su dispersión conlleva peligros sanitarios y ambientales, y podría facilitar el desvío del material para fines armamentísticos.
