Desde principios de junio de 2025, la escalada del conflicto en Medio Oriente generó temores sobre un alza en los precios del crudo. Sin embargo, los mercados han reaccionado con relativa calma. Según datos de la terminal de contenedores de Khor Fakkan, el único puerto natural de aguas profundas del Emirato de Sharjah a lo largo del estrecho de Ormuz, el flujo de exportaciones permanece fluido, lo que ha contribuido a disipar presiones logísticas.
Expertos consultados por La Nación destacan que, pese a las tensiones geopolíticas, la oferta global de petróleo continúa en niveles elevados. Inventarios en Estados Unidos se ubican en máximos de los últimos 18 meses, mientras que la Administración de Información Energética (EIA) informó el uso moderado de reservas estratégicas.
Además, la producción no convencional en Norteamérica mantiene su ritmo creciente, ampliando la capacidad de reacción ante cualquier restricción de suministro. “La combinación de altos inventarios, reservas estratégicas disponibles y puertos como Khor Fakkan operando con normalidad ha neutralizado el impacto de la incertidumbre regional”, explica un analista de mercado.
Con estos elementos, los precios internacionales del barril han oscilado apenas un 1% en las últimas semanas, lejos de los saltos integrales que suelen acompañar episodios de tensión en el Golfo Pérsico. El seguimiento de indicadores clave, como los niveles de almacenamiento en Cushing (Oklahoma) y la actividad de la OPEP+, será determinante para anticipar movimientos futuros en el mercado.