El curioso hábito que muchos perros presentan de girar en círculos antes de echarse a dormir tiene un origen ancestral. Según estudios de comportamiento animal, este ritual proviene de sus antepasados salvajes, que lo empleaban para crear un lecho seguro y libre de peligros.
Origen y función del comportamiento
En la naturaleza, lobos y otros cánidos giraban sobre la hierba o la nieve para aplanar la superficie, mejorar el aislamiento térmico y eliminar insectos u otros animales ocultos. De este modo, formaban un nido improvisado que les brindaba protección y comodidad antes del descanso.
Persistencia del instinto en el hogar
Aunque hoy en día los perros duerman en camas ortopédicas o sobre alfombras mullidas, la profunda carga genética de este instinto permanece intacta. El número de vueltas varía según la personalidad del animal, la textura del suelo o su nivel de estrés, pero el patrón de comportamiento sigue siendo el mismo.
Otro vestigio: el rascado previo
Además de girar, es habitual observar cómo rascan o escarban con sus patas antes de tumbarse. Este gesto cumplía la función de remover objetos punzantes, delimitar el espacio y verificar la presencia de amenazas cercanas.
Entender estas conductas no solo nos acerca al mundo primitivo de los perros, sino que también mejora nuestra convivencia al reconocer y respetar sus necesidades instintivas. ABC Color