La administración de propiedades enfrenta hoy desafíos crecientes debido a la complejidad legal, fiscal y operativa. Ante este panorama, la profesionalización se presenta como la solución más consistente para asegurar que los inmuebles cumplan con todas las normativas vigentes, al mismo tiempo que se optimizan costos y se mejora la comunicación con los inquilinos.
Contar con un administrador de propiedades con formación y certificaciones específicas permite implementar procesos estandarizados, como la gestión de cobros, mantenimiento preventivo y atención de reclamos, lo cual reduce la morosidad y alarga la vida útil de los activos. Además, el uso de plataformas digitales facilita el seguimiento en tiempo real de indicadores clave, potenciando la transparencia y la toma de decisiones basadas en datos.
En un mercado cada vez más competitivo, la profesionalización no solo aporta valor operativo, sino que también incrementa la confianza de inversores y propietarios, repercutiendo en un aumento de la demanda y en la valorización de los inmuebles.
Fuente: ABC