El 3 de junio de 2025, Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo para intercambiar prisioneros de guerra menores de 25 años, heridos graves y 6.000 cadáveres de soldados de cada bando en la segunda ronda de negociaciones directas celebrada en el palacio de Çırağan, a orillas del Bósforo, en Estambul. Según informó el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, este pacto humanitario busca aliviar la situación de los combatientes atrapados en el conflicto de más de tres años ABC.
Aunque ambas delegaciones avanzaron en el canje de prisioneros y la repatriación de cuerpos, el encuentro concluyó sin un alto el fuego incondicional. Vladimir Medinski, jefe negociador de Rusia, propuso una tregua parcial de dos o tres días, propuesta rechazada por Kiev, que exige un cese total y permanente de las hostilidades.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó la negativa rusa como “idiotez” y urgió a las potencias occidentales, especialmente a Estados Unidos, a endurecer sanciones para forzar un alto al fuego ABC. El mandatario también confirmó que Ucrania enviará una lista con cientos de menores presuntamente deportados y reclamó su repatriación inmediata.
Tras la reunión, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró su disposición a albergar una cumbre en Ankara o Estambul con los líderes de Estados Unidos, Rusia y Ucrania para buscar una solución definitiva. Sin embargo, Moscú condicionó cualquier tregua global a que Kiev renuncie a su aspiración de ingreso en la OTAN y ceda las cuatro regiones ucranianas annexadas, demandas inaceptables para Ucrania.
En el frente oriental, habitantes de localidades como Dobropilia viven con desesperanza tras meses de bombardeos. “No tenemos casa, no queda nada. Casi nos mata un dron”, relató a la AFP un vecino de 53 años, ilustrando el padecimiento civil al que no llegan las promesas de paz ABC.
Con tensiones elevadas tras el reciente ataque ucraniano de gran escala que alcanzó bases rusas en Siberia y la negativa de Washington a participar oficialmente en las pláticas, el conflicto sigue estancado. Ambas partes anuncian nuevos ciclos de diálogo para junio, pero las diferencias sobre condiciones políticas y territoriales mantienen viva la guerra que ya suma decenas de miles de víctimas.
