El 28 de mayo, trabajadores del sector de la electrónica y sindicatos de Ushuaia protagonizaron una masiva marcha en rechazo a la política arancelaria impulsada por el Gobierno argentino, que consideran una amenaza para la industria patagónica. Según La Nación, la manifestación partió desde la Plaza Malvinas y culminó frente a la Casa de Gobierno de Tierra del Fuego, donde los organizadores entregaron un petitorio con más de 5.000 firmas.
Dirigentes de FATEL y Sindielectrón advirtieron que el incremento de aranceles elevará los costos de producción y podría derivar en el cierre de plantas y la pérdida de miles de empleos en Ushuaia y localidades aledañas. Los sindicalistas reclamaron a las autoridades nacionales y provinciales que revisen las medidas y mantengan los beneficios aduaneros que hoy sostienen la competitividad de las fábricas fueguinas.
El conflicto se enmarca en un debate más amplio sobre la viabilidad de la industria de alta tecnología en la Patagonia argentina y su capacidad de exportación. Empresarios del sector respaldaron las protestas y convocaron a una audiencia con el Ministerio de Producción, con el objetivo de negociar alternativas antes de la aplicación definitiva de los nuevos aranceles.