El síndrome cognitivo canino (SCC) es una patología neurodegenerativa que afecta a perros mayores, comparable al Alzheimer en humanos. Se detecta principalmente a partir de los 7 u 8 años de edad y su diagnóstico precoz permite implementar estrategias que retrasan su progresión y mejoran la calidad de vida del animal. Según ABC Color, los síntomas más frecuentes incluyen:
- Desorientación y confusión: el perro puede perderse en espacios familiares o quedarse mirando paredes sin respuesta.
- Cambios en el patrón de sueño: mayor somnolencia diurna y actividad o vocalización nocturna.
- Alteraciones en la interacción social: desde conducta huraña hasta ansiedad por separación.
- Retrocesos en el entrenamiento: accidentes en casa y olvido de comandos básicos.
- Conductas repetitivas: caminar en círculos, ladridos injustificados o movimientos estereotipados.
Al sospechar SCC, es fundamental consultar con un veterinario para confirmar el diagnóstico e iniciar tratamientos que pueden incluir suplementos nutricionales, fármacos neurológicos y ejercicios de estimulación cognitiva. Además, se recomienda:
- Estimulación mental diaria con juegos de olfato y juguetes interactivos.
- Ejercicio suave y rutinario, manteniendo paseos en rutas conocidas.
- Alimentación especializada adaptada a perros senior con deterioro cognitivo.
- Entorno estable y seguro, evitando cambios bruscos en el hogar.
- Paciencia y cariño constante para reforzar el vínculo emocional.
Estas medidas, junto a un seguimiento profesional, ayudan a mitigar los efectos del SCC y proporcionan una mejor calidad de vida a los perros mayores.