La temperatura de servicio es clave para liberar los matices aromáticos y el sabor del vino tinto. Para disfrutar de tu copa al máximo, los especialistas coinciden en que lo ideal es mantenerlo entre 16 °C y 18 °C.
Según ABC, a 16 °C las notas frutales, como las de frutos rojos y ciruelas, se perciben con mayor intensidad, mientras que a 18 °C emergen los sabores más complejos, propios de variedades como Cabernet Sauvignon y Merlot.
¿Cómo lograr la temperatura perfecta?
Para alcanzar los 16–18 °C, sigue estos pasos sencillos:
- Refrigera la botella en el refrigerador doméstico durante 20–30 minutos antes de servir.
- Evita el congelador, que puede bajar demasiado la temperatura y alterar la estructura del vino.
- Usa un termómetro de vino si deseas precisión milimétrica.
¿Por qué influye tanto la temperatura?
A temperatura demasiado baja (< 14 °C), los taninos pueden sentirse duros y el bouquet queda reducido. En cambio, si supera los 20 °C, el alcohol se vuelve dominante y enmascara los aromas más sutiles.
Con estos consejos podrás servir tus mejores etiquetas —sea un Malbec de Caíndo o un Cabernet de Itakyry— en el punto exacto para realzar su carácter y complejidad.
Redacción en Asunción, junio 2025.