El 10 de junio de 2025, el presidente Donald Trump comunicó la imposición de aranceles del 55% a una amplia gama de productos procedentes de China, en el marco de un nuevo acuerdo comercial que busca reequilibrar el intercambio bilateral y fortalecer la producción local. Según informó Última Hora, esta medida se aplicará de inmediato y afectará sectores clave como tecnología, autopartes y maquinaria.
El gobierno estadounidense argumenta que la alza arancelaria es necesaria para corregir el elevado déficit comercial con China y para proteger a los productores nacionales frente a lo que califica de prácticas desleales. La decisión se produce en medio de un ambiente de tensiones comerciales que comenzó en 2018, cuando se desató una guerra arancelaria que impactó a ambos países y a las cadenas globales de suministro.
Analistas advierten que esta medida podría provocar respuestas de represalia por parte de Pekín, lo que derivaría en un nuevo ciclo de sanciones y contrasanciones. Sin embargo, la Casa Blanca defiende que el acuerdo permitirá a Estados Unidos negociar mejores condiciones a largo plazo y reducir la dependencia de insumos estratégicos procedentes de Asia.