El viernes 30 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó en la planta US Steel–Irvin Works de Pensilvania que duplicará los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, elevándolos del 25% al 50% a partir de la próxima semana. El mandatario defendió la medida como un paso necesario para proteger la industria nacional y crear empleos en los estados siderúrgicos del noreste Última Hora.
La decisión provocó la inmediata indignación de la Unión Europea, que calificó el incremento de aranceles como un obstáculo para las negociaciones en curso y advirtió que está “preparada” para tomar represalias comerciales, lo que eleva la tensión en la ya convulsa guerra arancelaria global AFP.
En Paraguay, donde el sector metalúrgico exporta acero y aluminio a EE.UU., el Ministerio de Industria y Comercio revisa desde abril diversas alternativas para reducir costos y diversificar mercados ante el aumento de tarifas en Washington Última Hora. Funcionarios estudian acuerdos de libre comercio y rutas logísticas alternativas para mantener competitividad.
Según datos de la Administración de Comercio Internacional de EE.UU., Canadá, Brasil y México son los principales proveedores de acero al mercado norteamericano, con más de 3,7 millones de toneladas métricas importadas desde Brasil entre marzo de 2024 y febrero de 2025. Argentina, aliada de Trump bajo la presidencia de Javier Milei, aportó más de 176.000 toneladas de aluminio en 2024.
Durante su discurso en Pennsylvania, Trump también aseguró que no permitirá que las automotrices ni otras industrias eludan las nuevas tarifas y reafirmó que la fusión entre US Steel y Nippon Steel —valorada en USD 14.900 millones— mantendrá el control estadounidense de la empresa, sin despidos ni deslocalizaciones. El anuncio responde a su estrategia de resguardar la seguridad nacional y la cadena de suministro doméstica.
La escalada arancelaria se produce en un contexto de alta volatilidad para los mercados financieros y tras la reciente aprobación de tarifas del 25% a automóviles importados. El aumento al 50% es un nuevo capítulo de la política comercial proteccionista de la Casa Blanca, que inició en enero con la reimposición de gravámenes a aliados y adversarios.
