El 9 de junio de 2025, las defensas antiaéreas ucranianas interceptaron y derribaron 277 drones Shahed en uno de los ataques más masivos lanzados por Rusia desde el inicio del conflicto. Según informó abc, la operación rusa buscó saturar los sistemas de defensa de Ucrania y causar daños significativos en infraestructuras clave en varias regiones del país.
Los drones Shahed-136, de fabricación iraní, fueron lanzados en oleadas desde posiciones en la península de Crimea y zonas bajo ocupación rusa, con el objetivo de atacar instalaciones militares y civiles. La rápida respuesta del sistema de misiles antiaéreos ucraniano evitó la destrucción de bases estratégicas y redujo al mínimo las bajas y daños materiales.
Este incidente subraya la intensidad de la guerra electrónica y de drones en el conflicto, donde ambos bandos emplean nuevas tácticas y equipamiento para debilitar al adversario. La escalada de este tipo de ataques pone de relieve la necesidad de reforzar las defensas antiaéreas y la colaboración internacional en materia de inteligencia y tecnología militar.
