La convivencia con mascotas, como perros, gatos y pequeños roedores, conlleva numerosos beneficios para el bienestar emocional, pero también implica un posible riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas. Estos patógenos pueden pasar de los animales al ser humano a través del contacto directo, picaduras, ingestión de agua o alimentos contaminados, o manipulación de excrementos. Según información de abc, es fundamental entender estas vías de contagio para tomar medidas preventivas.
Entre las zoonosis más frecuentes se encuentran la toxocariasis, transmitida por larvas de lombrices en heces de perros y gatos; la leptospirosis, originada en la orina de animales infectados; y las tiñas, causadas por hongos que afectan la piel. Asimismo, enfermedades como la salmonelosis y la giardiasis pueden derivar de una mala manipulación de excrementos o agua contaminada. Cada una de ellas presenta síntomas propios, que van desde lesiones cutáneas y malestar gastrointestinal hasta afecciones sistémicas más graves.
Para minimizar el riesgo de contagio, los especialistas recomiendan mantener una adecuada higiene: lavar y desinfectar periódicamente los espacios donde habitan las mascotas, retirar las heces de inmediato, lavarse bien las manos tras el contacto y llevar un calendario estricto de desparasitación y vacunación veterinaria. Además, evitar que los animales consuman agua o alimentos en mal estado y supervisar el juego de los niños con mascotas. Con estas prácticas, es posible disfrutar de la compañía animal sin comprometer la salud humana.